போஎட ருள் ய POESÍஏ.

Quién conoce/desconoce al buen/mal Raúl sabrán a lo que me refiero.

Al margen de todo circuito literario este poeta satánico, seguidor de Azazel nos ha adornado con su “arte” a flor de piel. No en recitales de poesía, no a través de libros o pasquines llenos de letra y aburrimiento, sino a través del acto mágico de su presencia, de una puesta en escena impresionante que aunque algún suspicaz dude es en absoluto y también relativamente, real.

Ha dejado grabadas sus palabras en etiquetas de botella de cerveza cristal o pilsen, en las maderas de las mesas de bares sucios, tan decadentes que logran un ambiente surrealista. Cómo un incansable navegante busca espacios donde pueda sentirse a gusto, quizá en familia sobre un ambiente tan extraño. Y así riega su amor y odio por los seres humanos que somos nosotros.

Otro compañero, en su estancia en Piura, pudo recopilar estos dos poemas desechados como flores en el horrible pantano que se dice ciudad.

Eleodoro.